En el Aquarium de Vancouver un árbol de Navidad creado a base de escombros encontrados en el mar da la bienvenida a los visitantes.
El artista canadiense Pete Clarkson es el artífice de este inusual árbol. En total, ha invertido tres días y cuatro toneladas de basura en su construcción.
Tal y como afirma el propio Clarkson, “el árbol tiene que ser atractivo para los visitantes, pero también tiene hacerles ver la gran cantidad de basura que se encuentra en el mar”. “Al principio, nos planteamos concienciar a las personas sobre el problema que supone la basura en el océano, aunque también hemos querido añadir color a sus vidas”, añade. “El arte es un buen medio para conseguirlo”.